XIV – Miserable esclavitud
1 – Descomposición en factores – El análisis de Marx de las relaciones sociales agrícolas se hace para comparar con el caso puro de la economía agrícola capitalista con sus tres figuras: propietario que sólo recibe Renta; arrendatario que sólo recibe Beneficio anticipando el capital; jornalero que sólo recibe Salario. Las tres magnitudes económicas puras, en la práctica se superponen de diversas maneras; pero nosotros consideramos estas magnitudes como uniformes y homogéneas; las personas, y mejor, las capas, como híbridas.
Nosotros, en vez de cortejar al campesino propietario trabajador, y peor aún proponerlo como modelo ideal del hombre libre y autónomo, deberemos desarticularlo sin vacilaciones poniendo en evidencia la composición del salario, del empresario y del propietario. Tiene dos almas; pero también tres: esa es la tragedia.
2 – Nómada y colono – El colono tiene una fisiología social más simple que la del campesino propietario; no está ligado a la tierra: es libre. Detesta los cambios; anhela el arrendamiento largo; la medida del "bloque" de los arrendamientos, que ha impedido el aumento de las tasas de alquiler, no ha favorecido el trabajo agrícola; y si demagógicamente coquetea con el medianero y el colono solamente lo hace para favorecer su bastarda estructura de empresario, que en definitiva es la que le perjudica.
El colono se diferencia del pequeño propietario porque no permanece fijo a la tierra, sino que debe trasladarse por doquier. Para ambos prevalece el consumo, dentro de la explotación, de los productos que quedan fuera del círculo mercantil. Además la propiedad parcelaria es un obstáculo, junto a la circulación de los productos – mercancías, la de los hombres trabajadores.
Una clase dominante, y sobre todo la capitalista, mantiene mejor el poder y sofoca cualquier revolución, cuanto menos sensible se muestra el movimiento de los productos del trabajo y de la gente que trabaja.
Finalmente el medianero presenta todos los defectos y los lados negativos de la barbarie original, incapaz de fijar su nutrición a una organización estable y permanente: económicamente es negativo el consumo local inmediato dentro de la explotación con sus escasos horizontes, la escasez de relaciones incluso mercantiles con la circulación general. Como trabajador come lo que hace con sus manos; como empresario paga la Renta con una cuota de su recolección.
No le pasa algo distinto al campesino propietario que paga impuesto o intereses de sus deudas en dinero y está ligado a su lugar de trabajo que no cambiará durante muchas generaciones.
3 – La corona parcelaria – El trabajador de la tierra al que la revolución burguesa ha convertido en propietario no tiene patrón; aunque sobre los pequeños campesinos el cura ejerce una verdadera y auténtica dictadura social y política.
La revolución burguesa ha destruido las cargas feudales y ha hecho del campesino siervo un hombre libre, creando su propia "seguridad privada" de la propiedad personal incluso inmobiliaria.
¿La cuestión es saber cuánto cuesta al privilegiado terrateniente la seguridad privada que ha existido hasta ahora, y que será destruida por el comunismo?
Para el marxismo la tierra no es un producto del trabajo y en un ambiente mercantil tampoco es una mercancía; tiene un precio en sentido impropio, pero no tiene "valor" y no está sometida a la ley del valor, si bien la ley de la concurrencia juega un papel (equívoco) en estos casos. Nadie puede decir: reservo tanto dinero-capital y me fabrico tanta tierra. La tierra se encuentra y no se produce: puede ser gratuita, puede pagarse con la vida.
El derecho a la segura inmovilidad legal, para toda la vida y de padres a hijos, se extiende por encima de las generaciones y parece tener algo en común con los "derechos de los no trabajadores" (señores, terratenientes, empresarios industriales) en cuanto queda ligada a la persona del jefe de familia, y "sólo podrá heredarse tras su muerte".
Los revolucionarios del siglo XX, más vulgares y tibios que los notarios del XIX, que redactaban actas de compra-venta de la tierra, celebran en tricolor y rojo desteñido la consigna de dar la propiedad de la tierra a las familias rurales; alabando la miseria rural.
En la presente sociedad la artillería revolucionaria se dirige contra los tres pilares: la familia, la herencia y la propiedad, que hay que abatir no sólo cuando están en manos de unos pocos, sino también y sobre todo cuando está en manos de muchos.
4 – Tras el biombo – Hay que definir la realidad social que está tras la falsa soberanía del campesino "libre" cirineo de la producción, valorando los factores económicos y calculando lo que paga el pequeño propietario por su conquistada "seguridad" tras la convencional "manumisión".
Engels ilustra ampliamente cómo el campesino franco, ex.miembro de una horda y ex soldado imperial, pagaba poco para mantener la sobria corte de Carlomagno; Carlomagno fue más allá de las perspectivas de una agricultura fraccionada, si bien con una densidad reducidísima de población, y experimentó las grandes explotaciones estatales o monacales.
Formas mucho más turbias permanecieron en el este europeo. Marx describe una de ellas: "Una parte de suelo pertenece individualmente a cada campesino y él mismo la cultiva; otra parte es cultivada en común". Esto hace pensar en el lado vicioso del koljós ruso: economía medio mercantil, medio premercantil.
Marx se libera rápidamente de los sistemas de producción colectiva en los que queda un margen para el propietario que no es distinto del del empresario. No son formas trinitarias sino dualistas con el bracero sin propiedad ni utensilios que recibe los alimentos o el salario en especie y, por el contrario todo el sobretrabajo ya sea beneficio o renta. Una forma es la producción esclavista del mundo clásico en el que todo aparece como renta, una más moderna es la de las "plantaciones" de América y de otros continentes donde con mano de obra local semiesclava se producen arroz o café para mercados lejanos. Una forma más actual es la del propietario que interviene en economía, o sea sin arrendatario, por medio de trabajadores asalariados directamente.
La trinidad se convierte en dualidad en la pequeña colonia (colono y propietario: binomio trabajo más capital contra monomio propiedad) y en la gestión directa (trabajador y propietario: monomio trabajo contra binomio capital más propiedad). Queda la síntesis de los tres en uno: trabajo, capital y propiedad.
5 – Agricultura mínima – El marxismo está muy lejos de valorar positivamente el sistema parcelario.
Si el modo de producción capitalista es dominante pero está relativamente poco desarrollado tenemos de hecho condiciones negativas totalmente para el desarrollo de la lucha de clase moderna y para el socialismo. El precio del grano es inferior al del régimen capitalista en pleno desarrollo con grandes empresas agrarias dirigidas por empresarios industriales y obreros asalariados.
Si se vende poco producto en el mercado, es difícil hablar de precio general corriente. Pero la Renta diferencial existe. La tierra más fértil a paridad de esfuerzo produce más grano que vende al precio de los vecinos que obtienen menos. Hay que tener presente que se determina antes la Renta y de esta "conversión en capital" se deduce, con la tasa de interés corriente, el precio de la tierra. Pero por norma en la agricultura parcelaria en el capitalismo agrario no difundido no existe una Renta absoluta.
Esto sucederá cuando la producción industrial esté generalizada en un mercado general con la estabilización de la tasa media de beneficio de las empresas. Entonces será posible fijar el valor de los productos y verificar que, para el monopolio de la tierra y por absoluta necesidad del consumo alimentario, el grano tiene un precio superior a su valor fijado por un terreno peor (salario más capital constante más beneficio medio).
Resulta que en una economía plenamente capitalista el límite inferior del precio del alimento base debe cubrir: Salario, Capital gastado, Beneficio medio y Renta absoluta; mientras en economía precapitalista el límite inferior del precio desciende muy por debajo: es puramente Gastos más Salario.
6 – Y nosotros votamos por la industria – En la agricultura parcelaria se produce con despilfarro de fuerza-trabajo y con métodos destinados a exigir mucho trabajo para poco producto; incluso si el consumidor paga poco por el alimento en el mercado. En la sociedad comunista todos regalarán a la sociedad todo el sobretrabajo; pero habiendo alcanzado en las manufacturas y en los alimentos la máxima productividad del trabajo, la sociedad "liberará a todos del trabajo necesario".
El pequeño campesino es como un pueblo sojuzgado; reducido a la condición de los ilotas en la Grecia antigua.
En la sociedad capitalista el precio de las manufacturas desciende porque el paso de la pequeña empresa a la grande permite nuevas aportaciones de la técnica y de la ciencia por lo que se tiene más masa producida con menos tiempo de trabajo.
Con la revolución proletaria se elimina la inmovilización y el retroceso de la productividad agrícola; y de esta manera una suficiente masa social de alimentos y de manufacturas corresponderá a poco tiempo de trabajo medio general dado a la sociedad sin clases, sin rentas compartibles en tipos trinitarios básicos y en tipos mixtos derivados y ligado por la ley a las personas-empresas.
El precio de la tierra tiene una naturaleza de no-capital, y lo mismo vale para cualquier adquisición de "derechos fructíferos". El marxismo es esto. No sirve crear o suprimir pequeños o grandes propietarios en la titularidad personal.
Es luminosa la fórmula "tampoco la sociedad es propietaria de la tierra". Para los juristas una propiedad que llega a ser perpetua e inalienable no da lugar a un derecho sicut dominus, como patrón, sino solo como usufructo. Pero, una vez más,
Sabemos muy bien dónde está el Pentágono que hay que hacer saltar para destruir la doble barrrera contra el comunismo: está en el sistema mercantil y en la ley del precio de mercado. Allí donde encontremos uno de estos Pentágonos encontraremos un Banco del Estado.
7 – Extensio oder Intensio – El capital gastado en la tierra no es capital de inversión ni capital de ejercicio; como no lo es "el capital que se consagra en Bolsa a la compra de acciones o de valores del Estado" (Marx).
Lo que asegura al titular el disfrute de una renta no es capital. Es Capital lo que se gasta para obtener un producto y para disfrutar de un Beneficio.
Capital fijo para los burgueses es el valor de compra de toda la instalación productiva (máquinas, fabricados, etc). Capital circulante es el valor de las materias primas que hay que comprar y los salarios que hay que pagar. Para el marxismo el capital se divide en variable que se destina a salarios y constante que abarca todas las demás anticipaciones necesarias para un ciclo productivo; mientras el gasto en materias primas es capital constante porque sirve totalmente para obtener un determinado producto. El gasto en una máquina entra en la parte fija del capital constante sólo en la cuota de amortización.
En el caso agrario los gastos en salarios, semillas, abonos, cuotas de amortización de máquinas y otras son Capital anticipado, que entra en el valor del grano producido aumentado por el Beneficio normal y la Renta. En este balance el valor de la tierra no entra nunca; al igual que sucede con el valor de construcción y de valoración de la fábrica y de las instalaciones mecánicas de la FIAT.
8 – Esclavo, un paso adelante – Al igual que sucede con el dueño de esclavos, el mísero gestor del pedacito de tierra necesita Trabajo y lo tiene; incluso en su familia. Necesita un poco de verdadero y propio Capital y lo tiene, o también por esto se endeuda cuando necesita semillas y abonos. Pero no es suficiente. El pedazo paterno dividida entre seis o siete familias no basta y se deberá comprar un poco de otra tierra. Más deudas, más hipotecas, mas venta de fuerza de trabajo, que no difiere de la del esclavo (el próspero capitalismo USA reserva un trato similar al asalariado, bajo la forma de géneros vendidos a prorrateo).
El precio en moneda de la tierra sujeta al capitalismo a formas rancias de precapitalismo, que en ningún país industrial por muy avanzado que esté se han podido eliminar. Pero el precio en moneda de los productos basta para establecer que la economía que lo comporta está encerrada dentro de los límites del capitalismo.
La agricultura del presente sistema soviético está regida, no menos que en Occidente, por la familia, el derecho hereditario y la bendición del pope.
El programa comunista nº11 del 29 de mayo de 1954
Siguiendo el hilo del tiempo
Amadeo bordiga
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