viernes, 16 de septiembre de 2011

La política del Partido comunista apunta directamente a un fin preciso:la Revolución-1921-0807

La política del Partido comunista apunta directamente a un fin preciso:la Revolución

Las disposiciones claras y precisas que han sido tomadas para el encuadramiento militar del Partido no han sido una improvisación deportiva: corresponden a un trabajo comenzado hace meses y meses en las filas de la juventud comunista. A pesar de estas disposiciones, varios camaradas y algunas organizaciones del Partido insisten en proponer (y a veces, en realizar) la participación de los comunistas, jóvenes o adultos, en otras formaciones militares constituidas sobre una iniciativa distinta a la de nuestro Partido, como los Arditi del Popolo; en lugar de desarrollar el trabajo en el sentido indicado, llegan incluso a tomar la iniciativa de constituir grupos locales de los Arditi del Popolo.
Llamamos a todos estos camaradas a la disciplina y deploramos que militantes comunistas que deben dar prueba en toda circunstancia de sangre fría y de firmeza tanto como de espíritu de decisión revolucionario, se dejen guiar por consideraciones románticas y sentimentales que pueden conducir a errores graves y tener consecuencias peligrosas.
En apoyo de este llamamiento perentorio, indicamos una vez más a estos camaradas las razones evidentes de las directivas adoptadas por los órganos centrales responsables de la línea de conducta a adoptar en situaciones que tiene un valor nacional, independientemente de los hechos particulares.
Siendo la forma extrema y la más delicada de la organización proletaria, la organización militar debe presentar el máximo de disciplina y reposar sobre la base del Partido. Su organización debe depender estrictamente de la organización política del Partido de clase. La organización de los Arditi del Popolo, depende, por su parte, de órganos directivos mal definidos. Su central nacional, cuyo origen es difícil señalar, pretendía recientemente en un comunicado estar por encima de los partidos e invitaba a los partidos políticos a desinteresarse “del encuadramiento militar del pueblo trabajador en el plano técnico”. El control y la dirección de éste quedarían así en las manos de poderes mal definidos y serían al mismo tiempo sustraídos a la influencia de nuestro Partido. Ahora bien, el Partido comunista se propone por definición encuadrar y dirigir la acción revolucionaria de las masas: hay, pues, en eso una evidente y flagrante incompatibilidad.
Además de la cuestión de organización y de disciplina, hay la cuestión de programa. Los Arditi del Popolo insisten mucho más en la necesidad de constituir una organización que en los objetivos y los fines que pretende, lo que representa peligros fáciles de comprender. Por lo que parece, sin embargo, si ellos quieren realizar la reacción proletaria contra los excesos del fascismo, es con el fin de restablecer “el orden y la vida social normal”. El objetivo de los comunistas es muy diferente: ellos tienden a conducir la lucha proletaria a la victoria revolucionaria; niegan que pueda existir una vida social normal y pacífica antes de que el conflicto de clase, llegado hoy a su fase extrema y decisiva, haya sido resuelto revolucionariamente. Se colocan, pues, desde el punto de vista de la antítesis irreductible entre dictadura de la reacción burguesa y dictadura de la revolución proletaria. Esto excluye toda distinción entre defensiva y ofensiva de los trabajadores y revela su carácter insidioso y derrotista. Los trabajadores, en efecto, son golpeados no solamente por la violencia material del fascismo, sino también por todas las consecuencias de la exasperación extrema del régimen de explotación y de opresión, del que no es más que una manifestación inseparable de todas las otras la brutalidad de los camisas negras.
No debería ser necesario recordar estas consideraciones a comunistas, pues la práctica confirma y confirmará cada vez más su justeza. Es sobre esta base sobre la que los órganos centrales del Partido comunista han tomado la iniciativa de constituir una organización militar proletaria y comunista independiente, sin dejarse desviar de este camino por otras iniciativas que, mientras actúen en el mismo sentido que la nuestra no podrán ser consideradas, naturalmente, hostiles pero cuya aparente popularidad más grande no puede desviarnos de la tarea específica que tenemos que asumir contra una serie de enemigos – y de falsos amigos de hoy y de mañana.
No podemos dejar de deplorar que camaradas comunistas se hayan puesto en contacto con los organizadores de los Arditi del Popolo en Roma para ofrecerles su ayuda y pedirles instrucciones. Si esto volviese a reproducirse, se tomarían las medidas más severas.
El C.E. del Partido comunista de Italia y el de la Federación de las Juventudes comunistas de Italia advierten a todos los camaradas y organizaciones comunistas que no debe concederse ninguna confianza a cualquiera que proponga directa o indirectamente la constitución de grupos de Arditi del Popolo o que preconice las iniciativas militares de esta organización pretendiendo haber sido mandado para esto por los órganos del P.C. o invocando pretendidos acuerdos en contradicción con las disposiciones precisas ya publicadas. Los camaradas y las organizaciones no reciben directivas más que por la vía interior: toda otra vía debe ser descartada y rechazada.”

Los Comités Ejecutivos del Partido y de la Federación de las Juventudes Comunistas

CE

DE IL COMUNISTA“ del 7 de agosto de 1921

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